Campus Universitario El Cristo Oviedo
El nuevo Campus del Cristo de la Universidad de Oviedo no es solo una operación urbanística, sino una estrategia de regeneración urbana para la ciudad. El campus se configura como una extensión de la ciudad, un espacio abierto, innovador y amable, que sirve tanto a la comunidad universitaria como a la ciudadanía. Esta intervención promueve una ciudad más inclusiva, resiliente y conectada con su universidad.
La transformación del antiguo Hospital de Oviedo HUCA en el Nuevo Campus Universitario del Cristo representa una oportunidad clave para regenerar una zona central de la ciudad. El objetivo es reconvertir este espacio en un subcentro urbano dinámico y abierto a la ciudadanía, promoviendo la integración entre la vida académica y la vida urbana.
Mediante diez estrategias urbanas: se propone una intervención integral y sostenible que consolide el nuevo campus como un motor cultural, social y económico para Oviedo
- Un nuevo subcentro urbano en el corazón de la ciudad
El Campus del Cristo, ubicado en el antiguo Hospital HUCA, tiene potencial para convertirse en un nuevo núcleo cultural y académico. La cesión de edificios históricos a la Universidad de Oviedo permitirá su rehabilitación como parte de un campus abierto, sin límites físicos, que fomenta la interacción entre universidad y ciudad. Se apuesta por un modelo inclusivo y permeable que disuelva las barreras entre lo universitario y lo ciudadano, dando lugar a un entorno híbrido y enriquecedor. - Ejes vertebradores para la conexión urbana
La propuesta articula el campus mediante dos ejes principales. Uno norte-sur que servirá como arteria urbana que une distintas zonas de la ciudad. El segundo eje, este-oeste, enlaza todos los accesos al campus y lo conecta con los edificios universitarios existentes. Juntos, configuran una red de recorridos peatonales continuos que facilitan la movilidad y fortalecen la integración con el tejido urbano. - Activación programática del espacio público
El diseño urbano trasciende lo paisajístico para dotar al campus de espacios activos, preparados para múltiples usos: zonas de estudio, descanso, encuentro, comida o incluso enseñanza al aire libre. Así, el espacio público se convierte en un recurso funcional y flexible al servicio de la comunidad universitaria. - Agrupación funcional en lugar de facultades aisladas
Rompiendo con el modelo tradicional de facultades independientes, se agrupan los usos académicos en cinco edificios compartidos por distintas facultades. Esta estrategia favorece la interacción interdisciplinar, optimiza recursos y reduce la duplicidad de espacios. Además, promueve la innovación y el trabajo conjunto entre departamentos, contribuyendo a un ambiente académico más colaborativo. - Permeabilidad y continuidad entre lo interior y lo exterior
El diseño arquitectónico potencia la relación entre edificios y espacio público. Las plantas bajas de los edificios serán transparentes y accesibles, eliminando barreras entre lo privado y lo público. Esto contribuye a la activación del entorno urbano, mejora la experiencia de los usuarios y refuerza la vitalidad del campus como parte integral de la ciudad. - Refugio climático y confort urbano
El campus se concibe como un refugio climático, agradable durante todo el año. La vegetación densa, pérgolas y sombras naturales generan un microclima confortable. Así, se crea un entorno climático adaptado al cambio global, energéticamente eficiente y orientado al bienestar. - Campus peatonal y movilidad sostenible
Se elimina el tráfico motorizado del interior del campus, apostando por un modelo peatonal. El acceso de vehículos se limita a zonas perimetrales y plataformas compartidas destinadas a mantenimiento y emergencias. La propuesta incluye aparcamientos subterráneos con más de 460 plazas. - Paisaje que potencia la biodiversidad
El paisaje del campus se diseña como un ecosistema vivo. Se incorporan especies vegetales autóctonas, jardines de lluvia y zonas húmedas que atraen fauna local. Esta estrategia convierte el campus en un espacio resiliente y ecológicamente activo. - Centralización energética para una mayor eficiencia
Se propone centralizar la producción y gestión de energía. Esto permite reducir pérdidas, optimizar el uso de fuentes renovables y gestionar mejor subproductos como el calor residual. La centralización facilita también el mantenimiento y la regulación de sistemas de climatización, reduciendo costes operativos y emisiones. - Diseño inclusivo con perspectiva de género
El diseño urbano del campus se orienta a la accesibilidad universal, con recorridos adaptados a la topografía y soluciones como ascensores urbanos cuando las rampas no son viables. Se incorpora también una perspectiva de género, garantizando espacios seguros e inclusivos mediante iluminación adecuada, visibilidad de los recorridos, y eliminación de rincones inseguros.
A través de diez estrategias aplicadas a escala edificatoria, se aborda el desafío de la arquitectura contemporánea: transformar, conservar y proyectar con responsabilidad ambiental, social y funcional. Este decálogo sintetiza las claves para intervenir en edificaciones existentes bajo criterios de sostenibilidad, bienestar y resiliencia
- Reutilización adaptativa
Se propone reutilizar los edificios existentes como la forma más sostenible de construi. Se reduce el consumo de materiales, energía y residuos, y se conserva la huella de carbono ya embebida en la construcción. No se trata solo de restaurar o conservar, sino de adaptar y transformar los edificios existentes, incorporando nuevas funciones y lenguajes contemporáneos. Esta estrategia permite prolongar su vida útil, alinearse con los objetivos de descarbonización urbana y reinterpretar el patrimonio construido como un recurso de futuro. - Rehabilitación energética
La mejora del rendimiento energético pasa por una intervención integral en la envolvente a dos niveles: Con soluciones de aislamiento por el exterior de la fachada y la incorporación de protecciones solares pasivas con lamas perforadas orientadas según la incidencia solar, se mejora el confort y se reduce la demanda de energética. Y por otro lado, la renovación de carpinterías y la mejora de la hermeticidad completan esta estrategia, con un impacto directo en la eficiencia energética y el bienestar térmico interior. - Diseño centrado en las personas. Certificación WELL
Un espacio pensado para sus usuarios debe promover salud, confort y relaciones humanas. Se integran criterios de humanización y naturalización de los espacios, con vegetación, luz natural y materiales naruales que fomentan la pertenencia y el bienestar. Estas medidas, alineadas con los principios de la certificación WELL, son especialmente valiosas en entornos educativos, donde influyen en el rendimiento, la concentración y el estado emocional de estudiantes y personal. Diseñar para las personas es también diseñar para su salud física y mental. - Nuevas geometrías para los recorridos verticales
La transformación de edificios existentes para nuevos usos —como pasar de hospital a uso docente— requiere una actualización de sus recorridos verticales. Se incorporan nuevas escaleras exteriores, dimensionadas para usos de mayor densidad y futuras modificaciones funcionales. Esta estrategia reduce la intervención estructural, garantiza la seguridad y libera espacio interior útil, aumentando la adaptabilidad del edificio a lo largo del tiempo. - Knowledge buildings: espacios para compartir conocimiento
Los espacios docentes del futuro combinan presencialidad y virtualidad, pero sobre todo potencian el encuentro humano y la co-creación. Bajo el principio de las 4C (Concentración, Comunicación, Cooperación y Contemplación), se proyectan entornos diversos, donde el mobiliario y la disposición espacial permiten desde el trabajo individual hasta el colaborativo, pasando por áreas de socialización espontánea como cafeterías, zonas comunes o patios. El aula se convierte en un espacio relacional, flexible y dinámico, que favorece tanto el aprendizaje como la creatividad y la interacción entre iguales. - Fachadas con múltiples funciones
La intervención en la envolvente no se limita a criterios estéticos o térmicos. En este caso, la fachada cumple cuatro funciones clave:- Unificadora: da coherencia visual al campus y genera una identidad arquitectónica común sin perder la personalidad interior de cada edificio.
- Bioclimática: mediante lamas perforadas adaptadas a cada orientación, se regula el paso de luz y calor, mejorando el confort interior.
- Tecnológica: permite conducir instalaciones desde cubierta a las plantas inferiores, liberando el interior para otros usos y facilitando el mantenimiento.
- De bajo mantenimiento: su diseño accesible desde cada planta permite trabajos sencillos y seguros, reduciendo costes operativos y alargando la vida útil de los elementos de fachada e instalaciones.
- Cubiertas fotovoltaicas
Para liberar espacio interior y optimizar el rendimiento energético, los equipos de climatización y ventilación se trasladan a la cubierta. Sobre esta se instala una subestructura con paneles solares fotovoltaicos que maximiza la superficie activa para la generación de energía. Este sistema permite convertir la cubierta en una infraestructura productiva que refuerza la autosuficiencia energética del edificio. - Flexibilidad interior
La resiliencia de un edificio depende de su capacidad para adaptarse. Se proyectan espacios versátiles mediante sistemas modulares, particiones desmontables y agrupación funcional de usos. Los núcleos de instalaciones y evacuación se colocan estratégicamente para facilitar futuras modificaciones, y se sobredimensionan según la máxima ocupación esperada. Esta previsión permite que el edificio evolucione a lo largo del tiempo sin grandes intervenciones, minimizando costes y emisiones asociadas. - Accesibilidad DALCO
Garantizar la accesibilidad universal no se limita al cumplimiento normativo. La propuesta asume los principios DALCO (Deambulación, Aprehensión, Localización y Comunicación) como criterio de diseño inclusivo, reconociendo que las discapacidades emergen en la interacción con un entorno no adaptado. Se apuesta por una arquitectura accesible desde su concepción, que elimine barreras físicas, sensoriales y cognitivas, y ofrezca igualdad de uso para todas las personas. - Edificio NZEB y certificado VERDE
La sostenibilidad real no puede quedar en el discurso ni en decisiones puntuales. Requiere aplicar un modelo sistemático y reconocido de evaluación ambiental. En este sentido, se apuesta por una doble estrategia: por un lado, lograr que el edificio cumpla con el estándar NZEB (Nearly Zero Energy Building), es decir, que tenga una demanda energética casi nula; y por otro, optar a una certificación ambiental rigurosa, como VERDE, que permita validar de forma cuantitativa el nivel de sostenibilidad alcanzado.
Este decálogo establece las bases para una intervención arquitectónica comprometida con el futuro. No se trata únicamente de rehabilitar o actualizar edificios, sino de transformar el modo en que diseñamos para adaptarnos a los desafíos climáticos, sociales y educativos de nuestro tiempo. La arquitectura se convierte así en una herramienta poderosa para mejorar la vida de las personas y construir entornos más resilientes, inclusivos y sostenibles.
- Estado En desarrollo
- Cliente Universidad de Oviedo
- Presupuesto 102M€
- Localización Oviedo, Spain